Últimamente tengo muchas conversaciones sobre el mantenimiento responsable de nuestro entorno.Después de la que está cayendo en Murcia con la muerte del Mar Menor, no es de extrañar que “sostenibilidad del medioambiente”, sean las palabras más repetidas en todas las cafeterías.
A nivel café en mano con amigos o familia, está bien, sin embargo creo que las entidades sociales, tenemos que esforzamos en ir un poco más allá, porque el cuidado y el respeto a la naturaleza, a la vida, va muy unido a nuestro trabajo diario.
La sostenibilidad, ya lo sabéis, consiste en satisfacer nuestras necesidades sin comprometer ni poner en peligro el disfrute de las mismas a las generaciones futuras.
Pues bien, dice la ICONG (Instituto para la calidad de las ONG) y yo creo a pie juntillas, que, para garantizar el futuro de la humanidad, tenemos que integrar en nuestras actuaciones la dimensión social, económica y medio-ambiental.
Que de poco sirve decir que yo cultivo mis propias lechugas y no consumo plástico, si en mis objetivos como asociación, no tengo en cuenta el beneficio global de la sociedad.
Se trata de ser coherentes, nada más.De promover la cooperación y el respeto . Se trata de optimizar recursos, que si me dan una subvención hay que utilizarla más y mejor, se trata, de tener a mis técnicos con un sueldo decente , se trata de sensibilizar (como me gusta esta parte, por algo soy educadora) a todos los participantes en los proyectos, no sólo a los beneficiarios, también a los asalariados, voluntarios y financiadores, de que los derechos humanos es un concepto amplio que pasa por cuidar del planeta en todas sus dimensiones y que todas nuestras acciones están más que interconectadas.
En realidad, sólo consiste en procurar que Los objetivos de desarrollo sostenible sean el eje de todas nuestras decisiones.Claro que no es una tarea fácil, pero si hay empresas que están destacando en esa línea, las entidades sociales por pequeñas que sean, pueden también estar en los pódiums.
El Programa SID (social impact orderes) que desarrolla con mucha maestría la consultora y escuela de emprendimiento social, Social enterprise, está consiguiendo estos días de Octubre, capacitar y concienciar a multitud de empresas participantes, para trabajar el impacto social bajo el paragüas del desarrollo sostenible y mirar de esa forma al futuro lleno de oportunidades.Menudo apasionante trabajo en red.
También la ICONG, premia en noviembre a las ONGS pequeñas y medianas que practican las buenas prácticas en su gestión, lo que pasa sin dudarlo por tener objetivos orientados al respeto y a la sostenibilidad. Otra iniciativa muy motivadora que deberías conocer mejor y que seguro te impulsa a darle una vuelta a las tareas de tu entidad.
Hoy voy a acabar mi post, con la obligada sonrisa de este rincón, esta vez de la mano de un libro de uno de mis ilustradores favoritos, Jimmy Liao.

El pez que sonreía, de la editorial Barbara Fiore Editora, es una delicia y un guiño muy inteligente al respeto del entorno y de la libertad.
Ya lo verás, te vas a quedar embelesado con cada página pero además, creo que quizás te invite a reflexionar sobre nuestra posibilidad de contribuir a una evolución sostenible para que todos, también los pequeños y los que están por llegar, podamos vivir con una sonrisa en nuestro espacio de libertad.
Si quieres comentarme tus sensaciones después de leerlo, o quieres que charlemos sobre como contribuir al desarrollo sostenible, no te cortes,escríbeme, estaré feliz de contestarte.