La comunicación digital en la base de la pirámide de Maslow

Comunicación digital y Maslow
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En las pocas, y caóticas semanas que llevamos del 2021, estoy segura que todos hemos mandado mensajes por teléfono móvil de preocupación, queja, aliento, y también de sonrisas que rebajan ansiedad.

También apostaría con poco riesgo a perder, a que  hemos reflexionado sobre cómo sería nuestra soledad-tristeza, si no hubiéramos podido comunicarnos con quien queremos.

Y es que compartir cómo nos sentimos, o lo que nos ha pasado, está claro, es una necesidad vital. Sobra decir además, que en  este punto de la historia, sabemos  que la tecnología  está siendo el salvavidas de muchos de nosotros.

Lo que parece a veces no quedar tan claro, es que esa necesidad de expresar emociones, de forma telemática si es necesario,  está ya en la base de la pirámide de Maslow, y no pertenece  sólo  a una parte de la sociedad adinerada, sino que es global e igual de apreciada a lo largo y ancho del planeta.

Incluso en las situaciones de más vulnerabilidad, saben de sobra los que las sufren, que  las comunicaciones móviles son  ahora, necesarias  para sobrevivir.

No en vano, cuando desde los servicios sociales se  presta ayuda a un ciudadano en exclusión, una de las preguntas que no falta es, por supuesto, número de  teléfono para tenerlo siempre localizado. y poderle comunicar o informarle de cualquier cosa con la inmediatez que nuestra sociedad exige. Es paradójico y hasta sería gracioso si no doliera tanto la hipocresía, que incluso la mayoría de notificaciones oficiales, permisos de residencia, permisos de trabajo etc., se hacen vía SMS.

Y hablo de hipocresía sin pudor, porque parte de esa sociedad que exige encontrarte a cualquier hora del día y agilizar trabajo vía telemática sin tener que mirarte a los ojos, critica que las personas más desfavorecidas, con falta de recursos ,tengan  un teléfono en el bolsillo.

Como si hubiera que elegir, entre comunicarte  o comer. Como si no supiéramos ya, que si no puedes ser llamado a un número de 9 dígitos, tus oportunidades de inclusión se reducen drásticamente.

Creo que estamos peligrosamente cegados si aún  habiendo aprendido a la fuerza que el mundo está muy muy  interconectado, seguimos apostando por un progreso sesgado sólo al alcance de algunos.

Como agente social de cambio, quiero empezar el año brindando, porque  la tecnología de comunicación deje de estar  injustamente considerada un lujo, cuando la transformación social exige su uso diario para las actividades más cotidianas.

Quiero brindar porque  todo aquel que quiera transmitir o recibir una llamada, un mensaje, no encuentre barreras económicas que se lo impidan, y me acuerdo en ese deseo, por supuesto, del que llega a nuestro país anhelando  una vida mejor, porque seguro, que a su llegada de miedo y angustia, una voz familiar cálida al otro lado del móvil, le reconforta más que todas las mantas  que les proporcionamos en los puertos.

También quiero levantar mi copa,  y esta vez  con actitud menos reactiva y sin dudarlo con  más alegría,  por iniciativas que surgen, precisamente gracias a la interconexión  en las redes y que  enlazan buenas intenciones con mejores ideas.

Supe de la  Aprendedora social porque desde hace tiempo conocía la innovadora consultora de proyectos sociales  de Javier Goizueta, socialenterprise.es, y cuando a principios de Enero , él mismo, me invitó a conocer  esta  nueva gran red  colaborativa global  de impacto social, y leí sus principios, tuve esos momentos escasos en estos tiempos, de entusiasmo y esperanza.

Porque la Aprendedora social se presenta como una comunidad de profesionales de todos los ámbitos y sectores, que colaboran y crean proyectos centrados  en el bien común, en el aprendizaje colectivo  colaborativo, y lo hacen  de forma creativa y rigurosa , descentralizada y sin ánimo de lucro siendo  además  conscientes de  que la emergencia climática es el eje urgente del cambio.

Vaya, que todos sus valores,  rebosan amabilidad y  suenan casi terapéuticos para el momento de caos social en el que nos encontramos.

Les auguro buenísimas sinergias. Y es que, estoy cada día más convencida que el papel grupal o rol que nos toca ofrecer a la sociedad, tiene que ser de compromiso y cooperación.

Así que,  siendo fiel a mis convencimientos, tengo que acabar  el post de hoy, animándote a que te comprometas y  brindes, tú también, por un nuevo año donde la comunicación móvil sea comprendida como una necesidad vital para cualquier colectivo y si además te queda  un ratito visites la Aprendedora social  y disfrutes participando o al menos conociendo las iniciativas que desde la plataforma se divulgan.

Escríbeme si te apetece charlar un rato o comentar cualquier otra cosa que te haya sugerido el post. Estaré encantada, como siempre,  de contestarte.

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