Agenda 2030, poco nombrada y aún menos conocida

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Estaba yo tan feliz estos días con mi acercamiento a la inmunidad, tan congratulada con la ciencia, y  tan orgullosa con la solidaridad colectiva que nos acerca a liberación de las patentes,  y de pronto, llega  la curiosidad malvada que me incita a leer la letra pequeña de los  informes, y ¡zas! vuelvo en un segundo al mundo del inconformismo.

Y es que estamos a 9 años de volver a examinarnos como sociedad global. A menos de una década  de medir el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), Agenda 2030, y ¡horror! en datos del propio ministerio, sólo el 30% de la población española ha oído hablar de ellos.

No quiero indagar más para no darme de bruces con una realidad quizás más dolorosa, y es que me temo que  un porcentaje aún mayor,  no los ha ni leído y si lo ha hecho, piensa  que dan igual, porque no puede hacer nada para impulsarlos.

Me vais a permitir, para relajar mi propia tensión al leer estas cifras, que haga un poco de repaso a la  historia reciente de esta corriente global tal y como la recuerdo.

Hace muchos años ya, los idealistas del Tercer Sector, salimos a la calle, reivindicando   el cumplimiento de los  entonces llamados Objetivos de de Desarrollo del  Milenio.

Objetivos convertidos en  compromisos que se habían firmado en el año 2000, por los países poderosos de la ONU para ser cumplidos  en los siguientes quince años.

Se trataba de  metas  concretas, medibles y por tanto exigibles. Buscaban minimizar las desigualdades existentes a nivel global y conseguir una sociedad más justa, más equilibrada en la que todos viviéramos mejor. Hablaban de unir fuerzas para  la erradicación de la pobreza, la educación primaria universal, la igualdad entre los géneros, la mortalidad infantil, materna, el avance del VIH/sida y el sustento del medio ambiente.

Las ONG y otros muchos agentes sociales,  aplaudimos el compromiso, y nos unimos para alzar nuestra voz y exigir que se pasara de las palabras a los hechos.

Aunque ese clamor empezó a encontrar hueco en las estrategias  de los líderes políticos, llegó el  2015 con suficientes incumplimientos  para tener que  alargar el plazo  otros  15  largos años más.

Los  Objetivos de Desarrollo del  Milenio se convirtieron en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, Agenda 2030.

Hoy, quiero volver a  gritar como años atrás hice con mis compañeros  de la CONGDRM (Coordinadora de ONGD de la Región de Murcia)que no podemos  resignarnos  al ver, como la sociedad es capaz  de recitar de corrido los nombres de los participantes  de los realities, sus profesiones y hasta lo que ganan,  y  sin embrago, no conocer los  17 objetivos que marcarán el futuro de la humanidad.

Porque los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, a los que se han comprometido 193 países de la ONU, no son conceptos abstractos que sólo entienden cuatro ideólogos, sino  estrategias concretas que van a afectar al día a día de nuestros hijos. Rutas de trabajo que pretenden solucionar las desigualdades estructurales.

Que si en la  Estrategia de Desarrollo Sostenible aprobada estos días en España, (documento que marca el itinerario a seguir para cumplir la agenda 2030) se habla de abordar desafíos globales con estrategias locales, quiero creer que es algo más que una frase  bonita de camiseta.

Así,  donde se ha descrito  el Reto país  1 ,” Acabar con la pobreza y la desigualdad“, se están  marcando propósitos específicos de políticas públicas,  de fiscalidad. Con indicadores para que y tú y yo podamos seguirlos y  exigir su complimiento.

Y cuando se lee Reto país 2Hacer frente a la emergencia climática y ambiental” estamos hablando de proyectos tan importantes, apasionantes y necesarios como el despliegue de las tecnologías renovables y su integración en la edificación, industria o transporte.

O si se  bucea por el  Reto país 4Superar las ineficiencias de un sistema económico excesivamente concentrado y dependiente”  se lee con esperanza que se trata de incorporar y promover los principios de la economía circular a lo largo de todo el sector productivo y de consumo, que nos ayudará a olvidarnos de la maldita obsolescencia programa y nos facilitará la compra de recambios para todo.

Pero es que, dedicando algo más de lectura, (unos minutos, no creáis que más) seguro que te alegra encontrar que también el Reto país 4,   estará decidiendo como  fortalecer el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación. Ese sector que tanto hemos necesitado estos meses, ese al que tanto tenemos que agradecer y al que no sería justo no devolver el empujón los próximos años.

Podría  alargar este post hasta el infinito, desgranado cada compromiso, cada meta,  porque quiero  seguir ilusionándome,  porque quiero que se conozcan y porque creo que hablado de ellos,  nos hacemos cómplices como sociedad, de su empuje y al mismo tiempo de la exigencia de su cumplimiento.

Los enormes cambios sociales que han mejorado la vida de tantas personas, se han conseguido, siempre, con movilización ciudadana. Así recuerdo empezar las charlas que dábamos allá, por los primeros años del 2000, y así quiero acabar el post de hoy.

Porque no hay excusas para ser agente de cambio, basta con visitar las páginas de muchas organizaciones que están contribuyendo a su difusión, como por ejemplo, las de  EAPN,   las dde EDUCO,  las oficiales del Ministerio,  o las de la ONU, para poder conocer un poco más, para olvidar  la pasividad y convertirte en unos minutos en participante activo de lo que será el futuro de la humanidad.

Escríbeme como siempre al qué me quieres contar del blog, o utilizando el formulario al final de este post,  y estaré encantada de que charlemos un rato de los ODS y de cómo esta vez, vamos a conseguirlo.

Aquí puedes contarme lo que quieras.

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